Cóndor andino, la segunda ave voladora de mayor envergadura

También llamado cóndor de los Andes o simplemente cóndor, habita principalmente en la Cordillera de los Andes –en Sudamérica–, no posee subespecies y es una de las aves más grandes capaces de volar

Prefiere vivir en zonas ventosas, debido a que es muy pesado y necesita algo de ayuda para mantenerse en el aire. Las montañas o las costas donde hay abundante brisa, le permiten planear sobre las corrientes del viento, sin hacer tanto esfuerzo.

Es considerado un patrimonio cultural y natural en casi toda Sudamérica, en Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile forma parte de los símbolos nacionales y en otros países como Venezuela y Perú tiene gran importancia dentro de la cultura y mitología.


Su nombre científico es Vultur gryphus, fue divinizado por los incas, quienes creían que era inmortal. Es un ave carroñera –es decir, que puede consumir cadáveres que no ha cazado–.

Rasgos físicos
Tanto el macho como la hembra son de color marrón cuando son jóvenes
Es un ave imponente, que puede medir hasta 3,5 metros desde el extremo de un ala a la otra, solo es superada en envergadura por el albatros. En cuanto a su altura alcanza los 1,3 metros y pesa desde los 8 hasta los 15 kilos.

Cuando es adulto es de color negro con algunas plumas blancas en sus alas –en especial los machos–, tiene un característico “collar” blanco en su cuello que le protege la piel desnuda, la cabeza es pequeña en comparación con el resto del cuerpo y no posee plumas, generalmente es de color rojo –aunque puede cambiar de tonalidad según el estado emocional–.

Los machos son más grandes que las hembras y poseen una cresta que se extiende desde la cabeza hasta el pico. Sus ojos son de color café mientras que las hembras los tienen rojizos.

No posee laringe, por lo que no emite sonidos ni cantos –es prácticamente mudo–. El pico tiene forma de gancho y bordes cortantes, ideal para arrancar la piel de cualquier animal.

Reproducción, nido y alimentación
Es un animal longevo, puede vivir hasta 75 años de edad en cautiverio
Se caracteriza por ser monógamo –tiene una sola pareja en toda su vida–, su taza reproductiva es baja pues solo tiene una cría cada 2 o 3 años, esto se debe a que el cortejo, apareamiento, incubación y  levante del polluelo, se realizan durante todo ese tiempo.

Anida en la altitud, en las cuevas o agujeros que se forman de las paredes rocosas verticales, depositan un solo huevo, el cual es incubado por la pareja por 60 días. Luego del nacimiento cuidan al polluelo por un año entero.

Al cabo de 6 meses la cría comienza a dar sus primeros vuelos y al cumplir el año y medio o 2, se integra a la manada y disputa por la carroña.

Se alimenta de animales muertos y también consume los enfermos, los cuales comienza a consumir por las partes más blandas –ojos, lengua, abdomen, ano, testículos, etc. – Puede ingerir hasta 5 kilos de carne en un día.

Amenazas y conservación
Es capaz de alcanzar los 6500 metros de altitud cuando vuela
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, es una especie “casi amenazada”, ya que es víctima de la caza furtiva –erróneamente se le cree depredador de animales domésticos, ganado y niños–.

También se ve perjudicada por el envenenamiento o la infertilidad que le causan el uso extendido de agroquímicos en los páramos  y por la destrucción del hábitat necesario para buscar alimento.

Su baja natalidad hace difícil su conservación, aunque su situación es mejor en comparación con la de su pariente el cóndor de California. En países como Venezuela y Colombia es extremadamente raro verlo, pues ha sufrido una notable disminución.

Sin embargo, existen programas de reintroducción a lo largo de toda la región sudamericana –especialmente en la parte norte–, los cuales trabajan para elevar el número de ejemplares.

Según los mitos, simboliza la fuerza, inteligencia y enaltecimiento. Recuerda visitar nuestro Facebook y seguirnos, ¡esperamos por ti!
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