Su nombre científico es Aedes
albopictus y es capaz de transmitir hasta 22 tipos de virus, dentro de los que
están incluidos el chikungunya, zika, fiebre amarrilla y dengue
Los primeros
avistamientos se dieron en el
archipiélago de Ibiza, España, donde fue visto cerca de las albercas,
debido a la falta de mantenimiento provocada por el confinamiento por
coronavirus.
También, la
mitad de Francia está actualmente en “la zona de peligro roja”, pues el
mosquito se encuentra activo e implantándose, ya que el clima favorece su reproducción.
Rápidamente
el resto de los países de Europa se pusieron en alerta, pues el mosquito tigre
es capaz de transmitir hasta 22 virus diferentes. Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS) mide entre 5 y 10 mm,
presenta una coloración café o negra con líneas plateadas en abdomen, tórax y
cabeza –dando la impresión de un tigre–.
Es originario del sudeste asiático pero se está extendiendo
gradualmente por Europa, “gracias” al comercio internacional de neumáticos usados.
Aunque es una especie de la selva, se ha adaptado a zonas rurales, urbanas y
suburbanas habitadas por los seres humanos.
Sus huevos
pueden soportar climas muy secos y seguir vivos durante varios meses sin agua. Cabe
destacar que, a pesar de transmitir 22 tipos de virus –entre ellos el zika,
dengue y chikungunya–, no hay pruebas científicas de que pueda
contagiar el Covid-19.
Los mosquitos
tienen la capacidad de servir de “puente” entre animales y humanos y ocasionar enfermedades por zoonosis –término
utilizado para denominar a cualquier infección o enfermedad que se transmite de
forma natural entre animales y humanos o viceversa–.
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