Animales borrachos, un mito que la ciencia afirma que es posible

Cortesía ecoticias
Investigadores de la Universidad de Calgary —en Canadá — descubrieron que algunas especies toleran menos el etanol presente en las frutas fermentadas

Probablemente has escuchado historias de animales que se emborrachan de forma natural, con bayas y frutas fermentadas. Estos mitos suelen ser asociados especialmente con los elefantes y monos.


En Sudáfrica existen miles leyendas locales que cuentan como los elefantes buscan los árboles de marula, beben de sus dulces frutas hasta saciarse y luego disfrutan de los efectos de la embriaguez. Según estas historias, su comportamiento pasivo cambia del todo, ya que algunos se vuelven agresivos y pelean en medio de las aldeas y otros chocan entre sí.

Los relatos acerca de animales ebrios existen desde el siglo 19 aproximadamente. Por ejemplo, para la década de 1830, el naturalista francés Adulphe Delegorgue, describió el comportamiento misteriosamente agresivo de los elefantes luego de ingerir las frutas de marula: "El elefante tiene en común con el hombre la predilección por una sensación de calidez en el cerebro inducida por frutas que han sido fermentadas por la acción del sol".

También algo parecido sucede en el caso de los monos, pues hay leyendas sobre los monos cercopitecos verdes en la isla caribeña de Saint Kitts, que en secreto bebían los cocteles de los turistas despistados. Del mismo modo, durante los siglos XVIII y XIX, los esclavistas se llevaban estos animales como mascotas, los cuales al llegar a América se embriagaban con las plantas de caña de azúcar fermentadas o quemadas.

Se dice que era más fácil capturar un mono cuando estaba ebrio, por lo que las personas los atraían con una mezcla de ron y melazas en cascaras de coco huecas.

La ciencia lo confirma
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Sin embargo, más allá de los mitos e historias, actualmente un grupo de investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) descubrieron que las borracheras “naturales” en animales pueden ser posibles, debido a su incapacidad de asimilar el etanol.

El estudio fue publicado en la revista Biology Letters, en el cual se explica cómo las distintas especies de animales asimilan el alcohol de manera distinta, todo esto como consecuencia de las mutaciones en el gen ADH7 – presente en gran cantidad de animales–.

Uno de los objetivos del gen ADH7 es favorecer la producción de enzimas que metabolizan el etanol, por ello aquellas especies que tengan una mutación ADH7 pueden asimilar esta sustancia de manera más eficiente. Un ejemplo de ello son los murciélagos, que comen muchas frutas y bayas, y como poseen una mutación similar no se emborrachan fácilmente.

Sin embargo, no todos los casos son así, pues los investigadores afirman que animales como elefantes, vacas y caballos no tienen esta mutación y por lo tanto su organismo no es tan eficiente a la hora de metabolizar el alcohol.

Un vacío científico

Cabe destacar que en el año 2005, científicos de la Universidad de Bristol –en el Reino Unido–, afirmaron que las historias de elefantes borrachos eran simplemente mitos, ya que para que estos grandes animales pudieran embriagarse tendrían que tomar mucha más fruta de la que en realidad podían consumir.

“Si quisieran emborracharse, dadas las limitaciones anatómicas y fisiológicas, un elefante debería beber fruta marula cuatro veces más rápido que su velocidad normal de ingesta”, señalaron los expertos de Bristol.

No obstante, este nuevo estudio de la Universidad de Calgary explica que al equipo Bristol le faltó cubrir un vacío importante, como lo es la eficacia con la que un animal puede metabolizar el alcohol.

Por lo tanto, los investigadores concluyeron que si es posible que los elefantes se emborrachen algunas veces y por ende se comporten fuera de lugar –como sucede con los humanos–, ya que se intoxican mucho más rápido que aquellos animales que si poseen la mutación.

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