Si existe un gato que atrae por su sola apariencia física, es el Manx, el cual representa una historia que capta curiosa y poderosamente la atención de los amantes del mundo felino
El manto esponjoso y la
mirada tierna del gato Manx no es lo único que define sus rasgos físicos, lo
más peculiar de este minino es que ¡no tiene cola!, de hecho, es llamado
comúnmente como el ‘gato sin cola’ o
‘Manés’, que alude al gentilicio de
la Isla de Man, su tierra natal, situada al noreste del continente europeo.
La falta de su cola lo ha
llevado a ser una de las razas gatunas más
conocidas a nivel mundial. Se presentó ante la sociedad por primera vez en
1860 durante los concursos felinos, donde tuvo gran éxito por su inusual y
cautivadora característica.
En su pasado eran buenos
cazadores de roedores
La Cat Fanciers' Association (CFA), valoró la raza de gato Manx solo
en aquellos que tenían los colores de occidente tradicionales en la época.
Estos pequeños son célebres,
sobre todo en los países asiáticos,
donde son apreciados por su carácter tan sociable como tolerante, lo que
facilita la convivencia con ellos. Pero, ¿qué se sabe de su historia?
Un
mítico origen
En la isla de Man surgió una
pequeña población de gatos aislados
La procedencia de este
felino está rodeada por diferentes
leyendas que convergen en un mismo punto, dar una explicar sobre la
ausencia de cola.
En uno de los relatos más
interesantes, se cuenta que, cuando cerraron las puertas de la famosa arca de Noé, el gato no logró
entrar a tiempo, dejando su cola atrapada entre la madera.
Existe otra teoría, algo
disparatada, que supone un cruce entre un conejo y un gato, que trajo como
consecuencia la creación del Manx –se comprobó que es una creencia falsa-. Pero, apuntando a otra hipótesis más aceptable, se
plantea que este animal nació sin cola por un simple capricho genético.
A pesar de que, los rasgos hereditarios
desaparecen con un número considerable de mezclas posteriores, en la Isla de
Man la mutación fue totalmente dominante ¿cómo? Pues al ser un territorio
pequeño, el apareamiento entre el mismo linaje sin cola fue persistiendo hasta lograr su consolidación.
Aspecto
físico y temperamento
Su longevidad llega a los 18
años
Su cuerpo, al igual que su
cara, es redondeado, mediano y robusto, está cubierto por un abundante y suave pelaje corto, que acepta tres colores; blanco,
marrón y gris. Aunque, se admiten los patrones que presenten las tonalidades
doradas o bicolor, como manchas.
Posee unos ojos almendrados
con tonos de ámbar, verde o azul,
siempre en sintonía con el color de su manto. Ahora bien, su diminuta o
inexistente cola da paso a cinco distintas categorías de ejemplares:
1.
Rumpy, en
los que la ausencia de cola es total. Presentan un hueco al final de la columna
vertebral.
2.
Rumpy
riser, parece que tienen un indicio de cola, pero en realidad
es un alargamiento del hueso sacro que se inclina hacia arriba.
3.
Stumpy, su
cola no supera los 3 cm.
4.
Longy, es
una cola dentro de los parámetros habituales, sin embargo, es más corta que en
otras razas.
5.
Tailed, en
este felino la cola es de una longitud estándar.
En los concursos, solo son
aceptados los tres primeros tipos
En cada uno de ellos se
percibe la majestuosidad de un gato hogareño, adaptable a todo tipo de espacios
y núcleo familiar. Son cariñosos,
dispuestos a obtener la atención de sus seres queridos a través de su
temperamento pacífico con una mezcla de toque curioso.
No hay de qué preocuparse
por la ausencia de cola en estos felinos. Si bien, ésta cumple una función de
proporcionar equilibrio en el animal para mantener su estabilidad, los Manx han
desarrollado sus patas traseras para que sean más largas que las delanteras,
y así adquirir la coordinación en sus
movimientos.
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