En la mayoría de los casos sucede por la destrucción de la glándula
tiroidea por parte del propio sistema inmunológico. El síntoma más común es el
sobrepeso y si es detectado a tiempo, el canino puede tener una vida prolongada
La tiroides
se encuentra ubicada en los lados de la tráquea del perro y estimula el desarrollo, crecimiento y
maduración del sistema nervioso central. Además controla la correcta actividad
del metabolismo, para que así el organismo obtenga los nutrientes necesarios de
los alimentos que consume.
Cuando surge
el hipotiroidismo, la producción de
hormonas tiroideas es insuficiente y por ende, no permite que el
metabolismo funcione correctamente.
Esta enfermedad
ocurre como consecuencia de una alimentación
inadecuada –específicamente baja en yodo– o por la destrucción de la glándula
tiroides por parte del mismo sistema inmunológico.
Igualmente, la
presencia de un tumor –no necesariamente maligno–es capaz de desencadenar el
hipotiroidismo, en este caso el canino
sería sometido a una cirugía para remover el quiste y de ser necesario, una
parte de la glándula tiroidea es extraída.
Efectos
secundarios a medicamentos que se le administren para combatir otras dolencias
o una atrofia de la glándula, también pueden hacer que el canino adquiera la
enfermedad.
Síntomas
del hipotiroidismo
El canino también puede adquirirla debido a una condición genética |
El principal síntoma es el sobrepeso
u obesidad, pero en
algunos casos se necesita de otros signos para detectar la enfermedad. Entre los más comunes están:
- La caída del pelo o que esté seco y quebradizo.
- Anemia y falta de equilibrio.
- Niveles elevados de colesterol en la sangre y problemas oculares.
- Intolerancia a las bajas temperaturas, agresividad, apatía u otros cambios en el comportamiento.
- Infertilidad y/o abortos.
- Engrosamiento de tejidos de la cabeza o pliegues en la piel.
Tratamiento
Si no consume la dosis adecuada de tiroxina, el tratamiento no dará resultados efectivos |
Un correcto
tratamiento debe generar la pérdida del sobrepeso, además, el animal necesitará una dieta equilibrada y un
estilo de vida saludable, con ejercicio moderado y visitas al veterinario.
Luego de que
el perro es diagnosticado con la enfermedad, el tratamiento más común es administrarle hormonas tiroideas –concretamente
la tiroxina o T4–, para compensar su pérdida o falta de producción. La cantidad
de la dosis es decidida únicamente por el veterinario y dependerá del tamaño,
peso y grado en que se encuentre el hipotiroidismo.
Si la causa
de la enfermedad no es un trastorno autoinmune, el primer paso suele ser estimular la glándula y el tejido tiroideo
para que vuelva a funcionar correctamente. Y como ya lo dijimos, en el caso de
tumores, al extirparlo la tiroides
vuelve a actuar con normalidad.
Razas más
propensas
Un perro con hipotiroidismo debe consumir lo menos posible alimentos procesados o con químicos |
Cuando el
animal es detectado a tiempo no representa una enfermedad preocupante, aunque
evidentemente no se puede pasar por alto.
Todos los caninos están propensos
padecerla y suele aparecer durante la mediana edad o la vejez.
Entre las razas que más se ha notado
esta enfermedad están: el dachshund o perro salchicha, el cocker spaniel, el golden retriever,
el schnauzer miniatura, el doberman y el shar pei.
Para el
hipotiroidismo no existe previsión específica,
aunque se pueden implementar ciertos cuidados para reducir el riesgo. La alimentación por ejemplo, es fundamental,
mientras más natural sea es mejor. Igualmente una dieta a base yodo y tirosina es recomendable.
Los exámenes
de sangre y las visitas al veterinario desde que es un cachorro también son una forma de cuidarse tanto del
hipotiroidismo como de otras enfermedades.
Para información
más detallada, consulta con un profesional, recuerda que este artículo es
meramente informativo.
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