Fray Bigotón: El perro que cambió las calles por la vida religiosa



Se espera que la historia de este fraile franciscano perruno logre inspirar a otras iglesias y monasterios para que se animen a prestarle una mano amiga a los animales desprotegidos

La adopción del Schnauzer llamado Fray Bigotón, para la iglesia católica, hace honor al patrono de los animales, San Francisco de Asís, quien además, es el fundador de los monjes franciscanos.



Razón por la cual, no es extraño que los integrantes de Monasterio de San Francisco de Cochabamba, sin pensarlo dos veces, hayan querido abrirle las puertas al can.

Así que Fray Bigotón, pasó de ser un perrito abandonado en las calles a convertirse en un miembro más de la Iglesia Franciscana de Cochabamba.

Cambió las calles por la vida religiosa

Así son los días del perrito en el Monasterio.

Antes de unirse a las filas de los monjes del Monasterio de San Francisco de Cochabamba, Bolivia, Fray Bigotón se llamaba Caramelo y vagaba por las calles con un destino incierto.

Un día la dicha llegó a su vida. Un grupo de rescate animal local llamado Proyecto Narices Frías lo sacó de las calles y su vida dio un giro de 90°, cuando fue adoptado por los monjes.

Así comenzó la vida ‘religiosa’ de Fray Bigotón, la cual es totalmente distinta a la que llevaba anteriormente, pues ahora sus días solo se resumen a jugar y correr.

Además, todos los hermanos lo quieren y lo consideran una criatura de Dios, según lo publicado por el medio de comunicación The Dodo.

De hábito franciscano

Fray "predicándole a los peces"
Cuando los franciscanos adoptaron al perrito anunciaron públicamente que un peludo se había unido a su redil sagrado y rápidamente lo distinguieron como el fraile más lindo del monasterio.

En honor a su nueva posición, el perro de raza Schnauzer ganó un título más formal, el de ‘Fray Bigotón’. El apodo ‘Fray’ viene a ser una abreviatura de la palabra fraile y ‘Bigotón’ por los bigotes que adornan su rostro.

Además, también usa un pequeño hábito franciscano para pasearse por su hogar en total comunión con su alrededor.

En la actualidad, la mascota cumple con ‘labores’ religiosas dentro de su nuevo hogar. “Aquí está el hermano predicando a los peces”, escribió el miembro del monasterio, Kasper Mariusz Kapron, quien publicó en su cuenta de Facebook las primeras fotografías que muestran la cotidianidad del can.

Su misión: Motivar


Las fotografías fueron tomadas del perfil del franciscano Mariuszk

La labor más importante de Fray Bigotón es lograr que más perritos como él consigan un hogar.

El grupo de rescate ‘Proyecto Narices Frías’ espera que la adopción de este perrito sirva de inspiración a otras iglesias y monasterios para que le abran sus puertas a los animales de la calle.

“Ojalá todas las iglesias de nuestro país adoptaran un perro y cuidaran de él, como hacen con Fray Bigotón,” comentó en Facebook el personal del Proyecto Narices Frías. 

La organización local de rescate animal aseguró que “Estamos seguros de que todos los parroquianos seguirían su ejemplo.”

Cautivó las redes

Fray está tan integrado en la orden que lleva puesto un hábito
Las fotografías también fueron publicadas por la página de Facebook de “Schnauzer del Continente Americano”, que desataron la ternura y cautivaron a miles de usuarios cibernéticos.

Las imágenes divulgadas en la página de la red social experta en perritos de esta raza,  han sido compartidas más de 18 mil veces y tiene más de 16 mil reacciones.

Los franciscanos y su amor por los animales se ha hecho presente con la adopción de Fray Bigotón y es una historia que se remonta al propio fundador de estos frailes, San Francisco de Asís, el patrón de los animales.

¿Piensas que las iglesias deberían involucrarse más en el cuidado de los animales desprotegidos? Haz llegar tu opinión por medio de nuestras redes sociales y no olvides seguirnos en Facebook.



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