Cuando un perrito llega a tu vida muchas incógnitas pasan por tu cabeza, qué debes darle de comer, dónde dormirá, qué nombre le pondrás y una de las más importantes, cómo lo educarás.
Debes saber
que los primeros meses de vida de tu cachorro son importantes para que
implantes en él hábitos alimenticios y de aseo que prevalecerán por el resto de
su vida.
Dentro de
esos hábitos encontramos el del orinar, pero más allá de si hace o no dicha
necesidad fisiológica, lo que realmente preocupa es el lugar en donde tu can lo
hará.
Los
propietarios, y más cuando son primerizos, comenten muchos errores a la hora de
enseñar a su cachorro en dónde debe hacer sus necesidades. Lo primero que debes
evitar es el castigo.
Muchas veces
las personas suelen salir y dejan a su mascota dentro de la casa, al regresar
más de un regalito se encuentran en el piso y, contrario a lo que muchos
piensan, no debes regañarlo ni restregarlo sobre su pipí.
¿Qué hacer? Antes de irte de tu casa, pasea a tu
perro y deja que haga sus necesidades, así podrá aguantar más tiempo y no le
dará por orinar dentro de la casa.
Ten en
cuenta que si vas a pasearlo, debes consultarlo con tu veterinario, ya que
algunos recomiendan no sacarlos del hogar por la aplicación de vacunas.
Existen
métodos y productos que facilitarán la educación de tu perro en cuanto a orinar
fuera de la vivienda se trata. Una opción vanguardista es el uso de pañales
para perros o empapadores.
Te
preguntarás en qué consiste. Es muy sencillo, se trata de un panel de algodón y
plástico impermeable que absorbe el pipí de tu can y reduce el olor.
¿Cómo se utiliza? Cuando notes que tu can va a orinar,
acercas el empapador y absorbes todo el pipí, posteriormente debes llevarlo al
lugar dónde deseas que tu mascota haga sus necesidades, el baño, por ejemplo.
Con el
correr de los días tu perro aprenderá a asociar los pañales o empapadores con
el lugar donde está autorizado para orinar.
Ahora bien,
si lo que quieres es que haga sus necesidades fuera de la casa, debes aprender
a calcular cada cuánto hace sus primeras necesidades tu mascota.
Algunos calculan
que 20 minutos después de comer, tomar agua o jugar, los perros tienen la
necesidad de hacer pipí. Si tu can tarda ese tiempo, sácalo con anticipación
hacia el lugar “pipí-can” más cercano.
Evita que tu
perro se acostumbre a orinar en las aceras o puertas de otras viviendas,
llévalo siempre al lugar donde debe hacer sus necesidades.
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Posiblemente
no tengas éxito las primeras veces, pero con paciencia y mucho amor lograrás
que tu perro se acostumbre a orinar en el lugar autorizado.
Recuerda que
los premios son muy importantes. Cuando el can logre orinar sobre el empapador
o el pipí can que escogiste, dale una golosina o galleta para perros, así
asociará la actividad con algo positivo.
Ahora ¡a
poner en práctica lo aprendido y disfrutar de tu cachorro al máximo!
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