A
pesar de ser marinas necesitan subir a la superficie para respirar. Lo curioso
es que luego de tomar aire, tienen la
capacidad de sumergirse hasta por 8 horas continuas en el fondo del mar, incluso
pueden estarse quietas y dormir durante este tiempo.
Estas
criaturas se remontan al tiempo jurásico, hace
unos 200 millones de años atrás –por lo que se cree que convivieron junto
con los dinosaurios–. Es una especie que posee varias particularidades, a continuación
te las presentamos:
Vuelven a las playas donde nacieron
Algunas especies emiten sonidos mientras anidan |
Al
igual que otros animales, estos reptiles se orientan gracias a las líneas
invisibles del campo magnético de la Tierra.
Según
un estudio publicado en la revista Current Biology, el volver
a su lugar de nacimiento también se consigue a través del campo magnético, pues
cada playa tiene su propia “firma magnética”, la cual es recordada por las
tortugas para luego ser utilizada como brújula.
No
es un viaje sencillo, ya que según los expertos el campo magnético cambia lentamente, por lo que las tortugas
marinas se ven en la necesidad de cambiar sus puntos de anidación cada cierto
tiempo.
Usan
sus aletas traseras para excavar el nido donde podrán sus huevos –el proceso
puede durar hasta 3 horas–. Depositan alrededor
de 100 huevos que incuban por 60 días aproximadamente.
Después
del nacimiento la madre se marcha, no se
encarga de alimentar ni llevar a su cría al mar. Los pequeños bebes para
orientarse hacia el agua utilizan la luz de la luna o las estrellas.
Se
calcula que una de cada mil crías sobrevive y se hace adulta. El sexo de las nuevas tortugas se determina
según la temperatura del nido, es decir, los nidos más calientes generan
hembras, mientras que los fríos dan machos. Un ambiente templado puede producir
mitad y mitad de cada sexo.
No tienen dientes
El caparazón es parte de su esqueleto y tiene más de 50 huesos |
Por
alguna razón parece que prefieren los alimentos de color rojo, naranja o
amarillo. Por otra parte el sentido del olfato es débil, pero la vista la tienen es más desarrollada en comparación
con sus parientes terrestres.
El
tamaño de la tortuga marina varía según cual sea la especie. La tortuga bastarda es la más pequeña, con
70 centímetros de largo y 40 kilos, mientras que la tortuga laúd llega a
medir 180 cm y pesar hasta 500 kg.
“Años perdidos”
Al nacer, las primeras crías esperan a las demás para dirigirse juntas hacia el mar |
Suelen
ser denominados como “años perdidos”, pues desde
que nacen y entran por primera vez al mar hasta que regresan a las playas
pueden pasar entre 10 o 20 años. Este
largo tiempo que viven dentro del mar es todo un misterio para los expertos.
La madurez sexual la alcanzan cuando tienen entre 10 o 15 años aproximadamente, aunque algunas pueden tardar más según los factores ambientales.
6 de 7 especies en
peligro
Las
tortugas marinas son cazas por su carne,
piel, caparazón y huevos. Además, algunas veces durante la pesca quedan
atrapadas en las redes y mueren ahogadas.
La destrucción de su hábitat de reproducción
–desarrollo
costero y contaminación por plástico– hace difícil que estos reptiles consigan los espacios propicios para hacer sus nidos.
Asimismo,
como muchos otros animales, el cambio climático
también representa una amenaza, pues las subidas del nivel del mar, las
tormentas y los cambios de temperaturas ponen en peligro sus migraciones y su reproducción.
Según
la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza –UICN–
,6 de 7 especies de tortugas marinas han sido declaradas en “peligro crítico” o “vulnerables”. Actualmente,
algunos países conservan las playas
donde estas anidan como parques nacionales o como reservas protegidas.
Para los investigadores existe la esperanza de que
puedan adaptarse a los cambios que se prevén para los océanos en los años
venideros. ¿Quieres saber más? Visítanos en Facebook