Esta raza de
origen europeo es muy amable, juguetona y con un gran amor por ofrecer. A veces
es confundido con el Poodle o Caniche debido a su pelaje rizado pero en
realidad son 2 perros distintos.
En líneas
generales se trata de una mascota muy sana que puede vivir entre 12 y 15 años aproximadamente, sin embargo hay
ciertas patologías que pueden presentarse en algunos ejemplares debido a su
predisposición racial.
Todo dueño
responsable debe conocerlas para que se mantenga alerta y pueda ayudar a su
bichón frisé en caso de que presente síntomas, molestias o dolores, así como
para evitar que estos problemas de salud vayan a más.
Descubre una lista de esas
enfermedades en este post ¡Sigue leyendo!
Problemas de la vista
Cataratas: este problema ocular tiene una raíz
genética y genera una opacidad del
cristalino –el cual normalmente es transparente–. El perro que la padece tiene como principal
síntoma una visión borrosa, como si estuviese mirando a través de una ventana
empañada.
Además
presenta hinchazón, se rascará mucho los ojos o le cambiarán de color –tendrá
un tono gris, azul o blanco–.
Atrofia progresiva de retina: es una enfermedad hereditaria que no es dolorosa pero tampoco curable. Por
lo general afecta la retina de ambos ojos y en etapas avanzadas provoca la
pérdida total de la vista en el animal.
Se presenta
sobre todo en peludos con una edad muy avanzada, por lo que recurrir a una
operación sería muy riesgoso y además resulta costoso.
Síndrome del perro temblador
Es un
problema que el bichón frisé puede presentar cuando ha pasado por situaciones intensas, de alto estrés o emociones
fuertes. Por lo general se desarrolla cuando aún es pequeño,
específicamente antes de los tres años.
No es
consecuencia de otro problema superior ni se trata de una situación
especialmente dolorosa para el perro, pero si
puede ser un poco molesto, sobre todo cuando persiste a largo plazo.
Cabe
destacar que esto no limitará el futuro del peludo y a veces puede acabar
yéndose porque no es un síndrome crónico.
Luxación de rótula
Como el
bichón frisé es una raza pequeña tiene
predisposición a sufrir de luxación de rótula o el desplazamiento de las
rótulas, esto como consecuencia de anomalías congénitas que hacen que se
vayan desgastando las articulaciones.
Las rodillas dejan de funcionar y se
deslizan fuera de su lugar, causándole dolor y debilidad al perro. El problema está en que a veces
los primeros síntomas no son detectados a tiempo y el peludo continúa moviéndose
o ejercitándose a pesar del dolor.
Por ello,
cuando notes una negación o dificultad para caminar en el bichón lo mejor es
consultar rápidamente con el veterinario.
Cálculos renales
También
llamados “piedras en la vejiga” o urolitiasis, es una enfermedad que provoca que la vejiga almacene minerales
que luego se van convirtiendo en piedritas o masas duras, las cuales
bloquean de forma parcial o total el flujo de la orina.
El animal
siente irritación, dolor al momento de
orinar, infecciones o sangre en la orina. Cuando las piedritas son muy
grandes o la obstrucción es total requieren ser eliminados a través de una
cirugía.
Atopia canina
La
dermatitis atópica o atopia canina es una enfermedad de la piel muy común en
varias razas y se debe a una predisposición genética que hace que el peludo tenga hipersensibilidad a alérgenos
ambientales, como el polen, ácaros del polvo, moho entre otros
Esta alergia
afecta la piel y los oídos del animal y principalmente genera picazón y
enrojecimiento en la cara, las orejas, las axilas y alrededor del ano.
Aparte de
estas enfermedades, el bichón frisé también es propenso a la hemofilia canina, la diabetes mellitus y la hipotricosis congénita. Para evitar
complicaciones lo ideal es que el perro asista a sus visitas veterinarias
periódicas.
Así mismo se
recomienda que se le haga una evaluación
oftalmológica, de rotula y de cadera.
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