Los seres humanos solemos explicar lo que vemos a partir de
lo que conocemos. Por ello, al percibir que un grupo de hormigas se está
llevando un cadáver, lo más común es pensar que se trata de un funeral y/o
entierro.
Y pues esa idea no está tan alejada de la realidad, ya que las
hormigas realizan un procedimiento llamado “necroforesis”,
el cual consiste en eliminar los cadáveres de sus compañeras muertas, para
mantener limpio el hormiguero.
Las hormigas son animalitos muy organizados, que protegen su
nido a toda costa. Así que para evitar infecciones o enfermedades –causas por
la descomposición de los cuerpos–, se ven en la obligación de enterrar lejos
del hormiguero a las compañeras muertas.
Además, el mecanismo que les avisa a las hormigas vivas que
otra ha muerto, también funciona fuera
del nido ¿no te parece increíble?
Pero… ¿cómo logran
saber que una compañera ha muerto?
Según entomólogos de
la Universidad de California en Riverside, las respuestas son netamente
químicas y están relacionadas con el
sentido del olfato.
Resulta que luego de una hora de estar muertas, las hormigas
comienzan a emitir un olor particular, el
del ácido oleico. Por ello, cuando las demás compañeras detectan esta
fragancia a “muerte”, se dirigen a eliminar el cadáver y llevarlo al sitio
donde almacenan los cuerpos fallecidos.
Sin embargo, el olor del ácido oleico suele está presente en
todo momento durante la vida de estos animalitos. La única diferencia es que
cuando están vivas también poseen otras 2 fragancias más, las cuales mimetizan
el olor del ácido oleico.
Al morir esas 2 fragancias
desaparecen y dejan al aire únicamente un cuerpo con mal olor que debe ser
expulsado. El ácido oleico es un ácido graso típico de los aceites
vegetales –como el aceite de oliva–.
Una señal química
poderosa
El entomólogo estadounidense Edward O. Wilson, realizó varias pruebas con
el ácido oleico, para verificar que tan importante era este olor en la vida de
las hormigas.
Uno de sus experimentos, consistió en rociar bastantes cantidades de este ácido a una hormiga viva, lo
cual generó que sus compañeras la atraparan con sus mandíbulas y la llegaran
una y otra vez al cementerio, a pesar de sus intentos de salvarse.
Wilson concluyó que el
olor es tan importante para las hormigas, que es capaz de convertirlas en “unas
máquinas ciegas y obstinadas”. Los cuerpos fallecidos son llevados a un
lugar específico –determinado por ellas mismas–, en donde se descomponen y
generan nitrógeno para la comunidad.
Funerales a otros
animales
Además de realizar este procedimiento entre ellas mismas, las hormigas también son capaces de remover
los cadáveres de avispas o abejas, algunas veces les colocan pétalos de
flores a su alrededor, ¿lo has visto?
Esta conducta se debe a que tanto las avispas como las
abejas, pertenecen al mismo orden que las hormigas –los himenópteros–. Lo que quiere decir que, estos insectos luego
de morir, liberan feromonas similares.
Por eso si alguna abeja o avispa se muere cerca del nido de
las hormigas, ellas rápidamente se unirán y harán todo lo posible por
removerla. Si no lo consiguen, según los entomólogos, son capaces de colocar
muchos pétalos de flores para cubrir el olor que desprende el cadáver.
Por lo visto, las hormigas
son muy organizadas para eliminar los miembros que fallecen y para mantener
limpio su hogar. ¿Ya nos sigues en Facebook? ¡Te esperamos!