Descubre cómo ayudan los perros a las personas con Síndrome de Down

A propósito del Día Internacional del Síndrome de Down, queremos que sepas como la terapia con perros puede favorecer muchísimo a las personas con esta condición

La Trisomía 21 o Síndrome de Down es una alteración genética, causada por la presencia de 47 cromosomas en vez de 46. El fallo ocurre concretamente en el par 21, pues se desarrollan 3 cromosomas cuando deberían ser 2.

Las personas afectadas presentan un retraso del desarrollo, especialmente en el lenguaje, memoria y funcionamiento intelectual. Además pueden presentar un comportamiento impulsivo y características físicas que le dan un aspecto reconocible.


Está comprobado que los perros son buenos animales de compañía para los niños y personas con Síndrome de Down. La presencia de un canino puede provocar una importante diferencia en la calidad de vida de una persona con esta alteración. Descubre algunos de los beneficios:

Van al ritmo del paciente:

Los perros de terapia bien entrenados, tienen la capacidad de adaptarse al ritmo y a la forma en que la persona con Trisomía 21 da la respuesta.  Por ejemplo, si un niño con esta condición está aprendiendo a caminar y lo hace a un paso lento, el perro transitará al mismo ritmo en vez de llevárselo por delante.

Ofrecen motivación


Está comprobado que cuando un perro entra en una clase, las personas con Síndrome de Down se sienten más interesadas por interactuar y están más atentas de todo lo que pasa.  Actividades que comúnmente no son entretenidas, al hacerlas con un can, las disfrutan y se divierten mucho más, al mismo tiempo que aprenden.

Por ejemplo, ir con el perro a alguna tienda y pedir un café y un hielo para el animal, resulta ser algo muy positivo. Las personas o niños con esta condición, se llegan a sentir más motivados para hablar, realizar actividades físicas o relacionarse con otros gracias a los caninos.


El animal actúa como vinculo para que la persona aprenda a relacionarse con otros.

Más concentración

Por lo general, muchos individuos sin el Síndrome, algunas veces les resulta difícil hacer algo por un largo tiempo. Para quien tiene Trisomía 21 es mucho más complicado concentrarse, por ello, la presencia de un can, ayuda bastante para que se mantenga enfocado en una misma actividad por el tiempo que sea necesario.

Favorecen la confianza



Las personas al notar todo lo que poco a poco han logrado gracias al perro, aumentan su confianza y se hacen más fuertes en las áreas alcanzadas. Además de que seguirán trabajando por aprender cosas nuevas.


Se sentirán más seguros para sociabilizar, desarrollar su sentido del humor, incluso para ser más responsables pues el perro está a cargo de ellos.

Reducen la ansiedad y el miedo

Utilizar animales hace que los niños y las personas con Síndrome de Down se sientan más a gusto y tranquilos a la hora de trabajar en sus fines terapéuticos.

Estas personas tienden a aislarse y hablar muy mal y bajo, debido al miedo que sienten por no ser bien recibidos por algunos individuos. El canino no juzga, además de que brinda estímulos que los seres humanos no pueden aportar.


El objetivo de este tipo de terapias con animales es que los niños con Síndrome de Down puedan desarrollar sus sentidos básicos, valerse por sí mismos en el futuro y en personas adultas, que ya tienen conocimientos afianzados, la idea es intentar que no se les olvide lo que ya saben hacer.

No es una enfermedad


El Síndrome de Down fue descrito por primera vez en 1866, por el médico británico John Langdon Haydon Down –de ahí el origen de su nombre–. Fue el primero en hablar sobre las características clínicas que tenían en común un grupo específico de personas.

 Aunque no llegó a descubrir cómo se producía y fue hasta 1958 cuando el genetista francés Jérôme Lejeune descubrió que se debía a una alteración cromosómica del par 21.

No es una enfermedad y por lo tanto no requiere ningún tratamiento médico, existen casos en los que se presentan patologías asociadas –debido a su alteración genética– como cardiopatías congénitas, hipertensión pulmonar, problemas auditivos o visuales, las cuales necesitan un seguimiento y cuidados específicos.


Se origina de forma natural y espontánea, las causas que producen este exceso cromosómico aún no se conocen pero se asocia estadísticamente con una edad materna superior a los 35 años.

Razas de perros más recomendadas


Los caninos utilizados en las terapias deben ser muy sociables, amorosos y dóciles. El entrenamiento debe durar por lo menos 2 años y es realizado por un profesional. Existen algunas razas que suelen ser las más utilizadas como:

Golden Retriever: uno de los más solicitados para ayudar a personas con autismo, problemas de conducta o Síndrome de Down. Además de ser considerado como la mascota ideal para cualquier familia.


Cocker: su temperamento calmado lo ha hecho el candidato perfecto para ser perro de terapia, incluso para ayudar a personas ancianas.

Bichón Habanero: este canino es muy cariñoso y divertido por lo que no dejará ni por un instante que los pacientes se aburran.
Los perros son ángeles de 4 patas que ayudan con todo el amor y desinterés que existe. Gracias a ellos, los seres humanos han alcanzado grandes avances. Comparte este post y síguenos en Facebook, ¡somos el vínculo que nos une!

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