Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC) de España, encontró en el mar Alborán 11 delfines
muertos con restos de sustancias químicas como retardantes de llama y plastificantes denominados organofosforados.
Estos compuestos químicos fueron hallados en el cerebro, hígado y grasa de los delfines. Los mayores niveles
estaban localizados en la grasa, mientras que los más bajos se registraron en
el hígado.
“Nos han sorprendido los
niveles elevados de estas sustancias detectadas por primera vez en mamíferos
marinos, aunque ya se habían hallado en peces de río”, sostuvo Ethel Eljarrat,
científica del CSIC responsable de la investigación.
Es probable que la presencia de estos productos en los delfines se
deba a que su organismo los acumula después de la ingesta de plástico. Por lo
cual es necesario investigar no solo los daños físicos sino también el impacto químico
que tiene el plástico en los mares y en las especies.
La investigación
continúa
A pesar de ser la primera vez que se hallan estos residuos, el
equipo de CSIC ahora trabaja con delfines del océano Índico y la costa mediterránea
catalana, los resultados encontrados han sido similares.
Los científicos sostienen que estos químicos podrían causar en los mamíferos marinos daños neurológicos,
cáncer y problemas de fertilidad.
Organofosforados
Los compuestos organofosforados se comenzaron a utilizar en los años
60 del siglo pasado. Su uso aumentó cuando la Convención de Estocolmo de 2009
prohibió los polibromodifenil éteres por su toxicidad.
Son usados como plastificantes para aumentar la dureza,
flexibilidad, y darle color al plástico. Para Ethel Eljarrat son muy peligrosos
ya que pueden acumularse en el cerebro fácilmente, pues tienen la capacidad de atravesar
la membrana hematoencefálica.