Richard Piquard es acusado de enterrar con vida a su perro de 17 años de
edad y de raza Shih Tzu, porque tenía una mala relación con un nuevo gato que
decidió adoptar.
El sujeto se comunicó con Kaylee
Belanger, su amiga, para contarle que había adoptado a un nuevo gato y le envió
varias fotos. Al día siguiente, se contactó nuevamente para decirle que Chico
había muerto y que estaba enterrado en el patio de su casa.
La joven alarmada no perdió tiempo y
se dirigió a buscar a Chico. Al llegar, se encontró con un perro que aun
respiraba aun estando sepultado en una tumba improvisada.
Walter Warchol, jefe de la policía de
Northbridge, aseguró nunca haber visto nada parecido. “Incluso en mis 41 años
aquí, nunca había visto algo así. Hemos visto otras formas de crueldad animal. Enterrarlo
vivo está un poco fuera del alcance”.
Belanger dijo a los medios locales
como encontró al perro al llegar a la casa de Piquard. “Me di cuenta de que una
roca estaba encima de él. Levanté la roca y allí estaba él. Di un paso atrás
para agarrar la manta cuando mi novio gritó. “¡Está respirando!”.
El hombre es actualmente acusado bajo
el cargo de crueldad animal, pero fue liberado al pagar una fianza de mil dólares
americanos y debe presentarse en el tribunal de Uxbridge.